ISSN-e: 2745-1380

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S.C.A.R.E. Un camino a la excelencia que cumple 74 años

La mirada a una institución de características académicas y científicas desde la perspectiva de su desarrollo y el papel que ha cumplido en su tiempo de existencia significa un desafío complejo, pero por lo demás interesante, mucho más cuando se trata de una entidad como la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación, S.C.A.R.E., donde se ha vivido, muy buena parte de su recorrido.

Figura N° 1.

Para comprender toda la dimensión de lo que es esta sociedad científica, inmersa en el concierto de las sociedades de su tipo en Colombia, hay que mirarla desde 3 perspectivas: la anestesia como especialidad, los anestesiólogos como parte fundamental de su quehacer y la sociedad como entidad gremial, todos a una, al servicio del paciente. (Figura N° 1).

La anestesia

La cirugía moderna está sustentada en 3 pilares: la antisepsis, los antibióticos y la anestesia (Figura N° 2). En la antisepsia, tres personajes tuvieron una gran significación en su desarrollo, Ignacio Felipe Semmelweis (1818 –1865) quien en 1840 introdujo el lavado de manos obligatorio de los obstetras para atender el parto en su servicio del Hospital General de Viena; Louis Pasteur (1822 –1895) quien en 1862 inicia los estudios de microbiología y plantea que las infecciones son producidas por un agente causal y Joseph Lister quien en 1865 atribuyó a la putrefacción de las heridas quirúrgicas la alta mortalidad en los hospitales y en el Glasgow Royal Infirmary desarrolló la práctica quirúrgica de la asepsia y la antisepsia.

Figura N° 2. Modificado del Dr. Luis Federico Higgins, Anestesiología  Mexicana

El segundo, los antibióticos, descubiertos por Sir Alexander Fleming (1881 –1955), Premio Nobel 1945, quien fue el primero en observar, en 1928, el efecto “antibiótico” de la penicilina.
El tercer pilar, la anestesia, que se hace visible gracias a William Thomas Green Morton (1819 –1868) quien llevó a cabo, el 16 de octubre de 1846, la primera demostración pública en el Hospital General de Massachusetts Boston, administrando éter al paciente Gilbert Abbot.

El anestesiólogo

Este médico especialista tiene características particulares que lo hacen diferente al concepto general de los de su género. Pero cuáles pueden ser esos aspectos diferenciadores en un concierto tan complejo como el de las profesiones de la salud y muy particularmente de la medicina.

El caminar de un día o una semana de trabajo de un anestesiólogo, va desde atender a un adulto mayor de 80 años para una fractura de cadera y en el mismo día afrontar la anestesia para un niño de tres años para la corrección de una hernia y esto implica el conocimiento profundo de la geriatría para atender un paciente con comorbilidades derivadas de su edad más la interacción de las drogas a usar con las que el paciente utiliza, y atender ese niño significa conocimiento de los principios de la vida y sus particulares especiales; ese mismo día lo pueden llamar para atender una paciente obstétrica complicada, para la anestesia del nacimiento del bebé, con el reto de proteger a la madre y al niño; igualmente, en el mismo periodo atender un paciente con politrauma. Los conocimientos y actitudes de este médico anestesiólogo implican una actitud muy especial además de una profunda preparación para ello.

Ser un médico especialista en esta rama de la medicina exige tener conocimientos en todos los géneros, edades y condiciones fisiopatológicas. La biología molecular hace parte fundamental de la comprensión y entendimiento de las patologías que tiene que enfrentar; la anatomía, muy especialmente en los últimos tiempos con el desarrollo de la ecografía y la posibilidad de intervenir prácticamente todos los nervios y examinar todos los órganos; en la especialidad es tan exigente el conocimiento de la fisiología que abarca la del corazón, la pulmonar, la renal, el sistema endocrino, el nervioso, la coagulación, en una palabra, una visión resiliente e integral del paciente.

Otro aspecto también diferenciador del anestesiólogo es el que implica el relacionamiento con los colegas de prácticamente todas las especialidades. Entenderse con el cirujano general o el especialista, el ortopedista, el oftalmólogo, el otorrino, el ginecobstetra, el cirujano pediatra, el urólogo, el neurocirujano, el internista, el intensivista, y muy especialmente con su compañera de trabajo del día a día, la enfermera, lo llevan a ser una persona donde sobresalen una capacidad de relacionarse con una actitud empática, para atender conjuntamente, en equipo, sus pacientes.

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De gran significación en el ejercicio de la anestesiología es la responsabilidad de una preparación integral, pues en un solo paciente, en un momento dado, puede necesitar todos los conocimientos de la especialidad para atenderlo, no tendrá posibilidad de ¨parar¨ la anestesia para consultar qué hacer. Y ello implica el uso de los agentes para la inducción, los intravenosos y/o inhalados necesarios para el mantenimiento de la anestesia, las cateterizaciones de varias vías para administración de drogas, el manejo de los líquidos y componentes hemáticos, el conocimiento profundo de la vía aérea con sus variables normales y patológicas, monitorización compleja, ventilación mecánica, estabilización hemodinámica. A este panorama puede estar enfrentado un anestesiólogo general en un momento inesperado de su día a día. Y todo ello debe ser al pie de su paciente, sin abandonarlo, en lo que hemos definido como una estrategia fundamental del ejercicio de la anestesiología “Un anestesiólogo, un paciente”.

La sociedad

Y para tener una visión integral del desarrollo de la anestesiología como especialidad y comprender el papel en la sociedad como ente académico gremial, hay que regresar al año de 1931, cuando un estudiante de medicina que llega tarde al quirófano, debe administrar anestesia con una mascarilla de Ombredanne, sin ningún conocimiento y presionado por el cirujano. Se trataba de Juan Marín Osorio que a raíz de esta experiencia traumática decidió aprender anestesia y lo hizo apoyado por la hermana Hermelina, quien fungía como anestesista, circulante de quirófano, instrumentadora, ortopedista…

La lucha por llevar adelante a esta nueva especialidad por parte del Dr. Marín, está llena de grandes dificultades a través de toda la vida de la sociedad, momentos que sirvieron de incentivo a los diferentes, eteristas, cloroformistas, anestesistas y anestesiólogos, para convertirla en la importante sociedad del día de hoy.

Esas primeras épocas del surgimiento de la anestesia, años 40s y 50s, están caracterizadas por dificultades que se inician con el intento de formar personas en el año de 1949, en el primer curso de la escuela del Dr. Marín, al que no ingresaron ni estudiantes de medicina ni médicos y se formaron anestesistas, la mayoría señoritas hijas de médicos. En la ciudad de Medellín, en un curso de 6 meses para entrenar personas, a los estudiantes que ingresaron los llamaron “Los 12 apóstoles” porque no creían que pudieran sobrevivir con el ejercicio de la anestesia, solo uno de ellos terminaría siendo anestesista. Un estudiante con calificaciones excelentes en el bachillerato y en la universidad, cuando comentó con uno de sus profesores que quería estudiar anestesia, la respuesta fue “…por qué va a dejar la medicina”.

La llegada a la sala de cirugía de este nuevo actor, donde el cirujano tenían todo el poder, creo un conflicto que se manifestó inicialmente en el cobro de los honorarios, que comenzó a resolverse parcialmente con la “Revolución de las tarifas” (1954) y la “Declaración de Cúcuta” (1963). La oposición de los cirujanos al surgimiento de la anestesia como una especialidad se manifestó en diferentes circunstancias las más relevantes de ellas la oposición, en la recién creada ASCOFAME (1969), que para la cualificación de la educación en los posgrados creó los “seminarios de educación” y el de anestesia sólo se pudo organizar 15 años después, “porque esa no era una especialidad médica”. Otro hecho de gran importancia fue la oposición a la ley para el ejercicio de la anestesiología que permaneció 5 años ´engavetada´ en el Congreso de la República, de nuevo por manos de un cirujano.

En el proceso de maduración de la sociedad en los años 70s, se suceden hechos de gran importancia: la creación de la Revista Colombiana de Anestesiología en 1973, la cual durante sus 50 años ha servido de espacio de consulta permanente de los anestesiólogos colombianos y latinoamericanos y en los últimos tiempos con un alto índice de indexación en su publicación bilingüe, y de sitio para publicaciones de investigadores internacionales. En el año de 1974, el lanzamiento de las Normas de seguridad que se han convertido en una de las estrategias fundamentales del ejercicio de la anestesiología “la seguridad del paciente” que continúan siendo renovadas y publicadas con impacto en las sociedades latinoamericanas. Los Seminarios de educación en anestesia, 1974, como un hecho de gran significación para la cualificación de la enseñanza en los 25 posgrados existentes y de los que se han celebrado trece seminarios, siendo la única especialidad que le dio continuidad a esta importante actividad académica, docente, investigativa y cultural.

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Los años entre 1991 y 2002, se han reconocido como el “Periodo de oro” por los diferentes hechos de desarrollo, consolidación y crecimiento. Entre ellos la Ley 6ª (1991) que reglamenta el ejercicio de la especialidad, única de Colombia y en Latinoamérica y que ha permitido no sólo su organización interna, sino, sus aportes al sistema de salud colombiano, además de ser, un elemento aglutinador de los especialistas de la anestesia; ello ha hecho posible el reconocimiento del liderazgo de la inicialmente Sociedad Cundinamarquesa de Anestesiología, hoy en día S.C.A.R.E., entre todas las sociedades académicas, científicas de Colombia.

Adicionalmente, hace 30 años se consolidó la idea de proteger a los anestesiólogos de la creciente corriente de demandas por incidencias en su práctica diaria y se creó el FEPASDE “ Fondo Especial para el Auxilio Solidario de Demandas”, inicialmente concebido para los anestesiólogos y que se fue ampliando para otros especialistas, para otros profesionales de la salud, incluyendo actualmente, a sus más de 62.000 afiliados solidarios a personal auxiliar. Este fondo llevó al desarrollo y consolidación financiera de la Sociedad, a cumplir con el objetivo de responsabilidad social, y vió crecer en todos los beneficiados, la tranquilidad en el ejercicio de su labor diaria. Uno de sus objetivos, la educación para el trabajo y por la seguridad en el área de desempeño, ha significado un cambio muy importante en la labor de las personas vinculadas al sistema de salud especialmente en consultorios, clínicas y hospitales.

El crecimiento cuantitativo y cualitativo de la Sociedad y su fortalecimiento financiero, fueron instaurando la conciencia de la necesidad de otro tipo de apoyos al diario vivir del anestesiólogo, especialmente, pero también de los afiliados solidarios, lo que llevo a la creación de inicialmente CORPOSCARE y posteriormente CORE Servicios que brinda programas de educación continuada no formal, ayudas a la investigación, apoyo a la publicación de obras científicas, créditos personales y de educación y apoyo de asistencia gratuita a las convenciones estatutarias y a los congresos.

La Sociedad estaba lista para enfrentar el Siglo XXI y con un “edificio” de cimientos sólidos, la comunidad crece cada vez más y el desarrollo de la especialidad es exponencial desde el punto de vista científico, académico y social. El componente gremial, criticado por su abandono y por haber privilegiado los aspectos económicos y financieros sobre los aspectos misionales, lleva a alta gerencia, a las juntas directivas y a sus presidentes del momento, al desarrollo de una propuesta de “Gestión Gremial” que piensa en la calidad de vida, en el relacionamiento colectivo, en el ejercicio digno con objetivos concretos. La seriedad en el proceso de diseño y la rigurosidad en la medición de resultados, auguran la corrección de las falencias del pasado, apalancado por el “Fondo gremial” de reciente creación que asegura los recursos para pasar de la teoría a la acción.

Pero todos estos hechos narrados aquí, no hubieran sido posibles sin los personajes que a partir de Juan Marín lideraron la Sociedad, desde sus juntas directivas, las presidencias, las sociedades regionales, los posgrados de anestesiología, los docentes universitarios y del anestesiólogo del común, que enfrenta a su paciente diariamente, en un servicio que se identifica en la modernidad como 24 x 7 x 12 x 365.

Este recorrido por el camino de la historia es lo que permite reconocer a la S.C.A.R.E como una sociedad científica, académica, gremial y empresarial, que la pone al filo de lograr la difícil meta de la excelencia, si es que ya no lo ha logrado (Figura N° 3).

Figura N° 3
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Juan Camilo Gómez Anestesiólogo
16 octubre, 2023 9:42 am

Excelente artículo profesor Bernardo y que orgullo tenerlo en nuestra ciudad como nuestro profesor.
Juan Camilo

Gino Flores
20 septiembre, 2023 8:02 pm

Muy aleccionador el artículo para la Medicina Mundial.
Excelente Dr Bernardo Ocampo.
Saludos Gino Flores
Guayaquil, Ecuador

María José
20 septiembre, 2023 7:30 pm

Excelente artículo

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