Los anestesiólogos tenemos un mayor riesgo de suicidio en relación a otras especialidades médicas. Las teorías para explicar este hecho incluyen el conocimiento y acceso a medicamentos potencialmente letales, a los medios para su administración, tensiones particulares de trabajar dentro de la especialidad (estrés, sobrecarga laboral, fatiga, manejo de pacientes de alto riesgo y la posibilidad de demandas laborales) y al tipo de personalidad de los médicos que ingresan a la especialidad.
Con el objetivo de lograr sensibilizarnos con el tema, y teniendo en cuenta que no somos ajenos a esta realidad, a lo largo del documento, presentamos algunas reflexiones realizadas por varios especialistas con relación al tema del suicidio entre anestesiólogos, y que fueron publicadas por la revista Anaesthesia(1) en su edición de enero de 2020, en el artículo titulado: “Guidelines on suicide amongst anaesthetists 2019” así como en la Colombian Journal of Anesthesiology en su edición de enero de 2022, en el artículo titulado: “Suicidio en anestesiólogos Colombianos. Estudio de encuesta nacional” (2).
Reflexión 1
“Recientemente dejé el trabajo en un momento de crisis, reconociendo que estaba demasiado estresado y no me sentía bien para continuar trabajando con seguridad. Lo único que lamenté al momento de salir, fue el no recordar llevarme las drogas a casa. Aunque actualmente no tengo ideas suicidas, mi principal temor al regresar es el tener acceso a ellas.”
Factores de riesgo y precipitantes
Aunque los factores de riesgo por sí solos no predicen de manera confiable los intentos de suicidio, es importante conocerlos y tenerlos en cuenta.
Los factores de riesgo para suicidio en la población general incluyen: género masculino; antecedente de autolesiones; duelo por suicidio; antecedentes de enfermedades mentales como depresión; y dificultades en las relaciones personales o problemas financieros.
De otra parte, los factores de riesgo inherentes a la profesión médica incluyen el estrés derivado de quejas, la alta demanda asistencial, compromisos académicos, alta demanda física y mental, los efectos del envejecimiento, la fatiga y largas jornadas laborales que conducen al aislamiento social o profesional; un tipo de personalidad perfeccionista, que puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades mentales y la renuencia a buscar ayuda médica.
Esta resistencia a buscar ayuda puede surgir por temor al estigma, la falta de tiempo, una ética de trabajo fuera de lugar o las preocupaciones sobre la privacidad o confidencialidad, incluidos los posibles procedimientos reglamentarios o disciplinarios.
Adicionalmente, estan los factores de riesgo ocupacional que son los relacionados con la especialidad e incluyen la probabilidad siempre presente de resultados adversos graves para el paciente, incluida la muerte, el uso indebido de sustancias (propofol, ketamina, fentanilo, morfina, meperidina), dado el conocimiento y fácil acceso a ellas. En el estudio clásico del Dr Hawton (3) de Oxford sobre métodos suicidas usados por los médicos se evidenció que el suicidio dentro de la especialidad de anestesiología ocurre en más de la mitad de los casos registrados por sobredosis de medicamentos usados como anestésicos.
Reflexión 2
“Me hubiese gustado que mis compañeros de trabajo me hubiesen ayudado siendo más empáticos y juzgando menos.”
Suicidio e ideación
El suicidio es mucho más que un acto. Es un proceso que comienza con pensamientos suicidas (ideación), seguido de un plan que puede o no resultar en un intento. Sin embargo, no todas las personas con ideación lo revelan, de modo que la aparente ausencia de ideación (o plan) puede ser falsamente tranquilizadora; por el contrario, la ideación suicida no es en sí misma un predictor confiable de intención suicida.
La velocidad con la que ocurre la transición entre las etapas también es impredecible, aunque el 90% de los intentos no planificados y el 60% de los planeados ocurren dentro de 1 año del inicio de la ideación. La ideación suicida también puede fluctuar en períodos muy cortos de tiempo. Un cambio en el comportamiento por el cual un colega previamente estresado e intranquilo, de repente parece estar en paz consigo mismo y sin problemas puede indicar que la persona ha desarrollado un plan con la intención de llevarlo a cabo.
Los datos más recientes sobre la incidencia de la ideación suicida en la profesión médica provienen de un meta análisis español (4), cuando analizan específicamente los estudios los cuales la mayoría fueron tipo encuesta, hasta el 25 % de los anestesiólogos informó pensamientos suicidas, el 22% se había planteado el suicidio, y un 2% lo tenía planificado. Dependiendo de cómo se defina; siendo la falta de una definición consistente un problema en encuestas de esta naturaleza.
Reflexión 3
“Cuando estaba en mi periodo de formación como anestesiólogo, terminé tomando un período de licencia después de un colapso en el trabajo, provocado por una mezcla de presión en el trabajo y problemas personales, que resultaron en depresión. Tuve episodios frecuentes de ideación suicida y reuní drogas y equipo para intentarlo. Si no hubiese recibido ayuda en ese momento, es muy probable que hubiese llevado a cabo mi plan.
Hoy después de 20 años, he tenido otro período de depresión, pero por lo demás he estado bastante estable. Y a pesar de que las expectativas se vuelven más altas, nada parece haber cambiado. Las condiciones parecen empeorar, y existe el temor constante de que un error resulte en una catástrofe que ponga fin a mi carrera. Y esos pensamientos de hace 20 años hoy se están volviendo racionales de alguna manera.”
Efecto sobre otras personas
Diferentes personas pueden verse afectadas antes o después del suicidio de un anestesiólogo.
De acuerdo a la encuesta realizada en el Reino Unido a finales del 2018 por la Association of Anaesthetists’, se deben tener en cuenta los factores externos que contribuyen al suicidio y la ideación suicida, el sufrimiento del individuo, la muerte misma, y las secuelas.
Respecto a los factores externos que contribuyen al suicidio y la ideación suicida, es importante tener en cuenta que, aunque no necesariamente tengan una ideación suicida, la familia, los amigos y los colegas pueden estar expuestos a los mismos factores estresantes, como dificultades financieras, demandas opresivas, recursos limitados en el trabajo. Dentro de la especialidad, esto tiene implicaciones sobre el estrés general y el bienestar de los anestesiólogos en el lugar de trabajo.
Sufrimiento del individuo: Los que rodean a la persona afectada pueden estar preocupados por su bienestar. Se pueden presentar problemas de seguridad que puedan poner en riesgo a otros, incluidos los pacientes.
La muerte misma: Descubrir el cuerpo genera malestar, ya sea que esto ocurra en casa, en el trabajo o en otro lugar.
La respuesta inmediata tiene efectos angustiantes y de largo alcance como lo es la participación de la policía; informar a familiares, colegas y otros; el manejo de los medios de comunicación; el manejo de la carga de trabajo clínico.
Finalmente, las secuelas: Desde un punto de vista profesional, los efectos de un suicidio pueden considerarse en varios niveles: individual, a nivel del departamento de anestesia, organizacional, sociedades de anestesia departamental y nacional. Las secuelas incluyen el mantenimiento de la prestación del servicio mientras el personal está en duelo, asistiendo al funeral, recibiendo asesoramiento. Si la muerte ocurre en el trabajo, puede haber problemas adicionales sobre dónde ocurrió y cómo este hecho afecta el uso de esa área. También se incluye el manejo de sensaciones como tristeza, frustración, culpa o ira, y la necesidad de apoyo, por parte de aquellos que no están directamente involucrados con el fallecido o su departamento.
Reflexión 4
“Para mí, las principales razones para querer quitarme la vida fueron: no tener que lidiar con el dolor por más tiempo (la depresión se siente como dolor) y reducir la carga sobre mi familia (y cualquier otra persona.”
Guía práctica para anestesiólogos
Por todo ello los autores desarrollan la Guía sobre Suicidio entre Anestesiólogos 2019, la cual tiene los siguientes objetivos:
- Generar conciencia sobre el suicidio entre anestesiólogos, las vulnerabilidades y factores de riesgo asociados.
- Brindar información a los anestesiólogos, los departamentos de anestesiología y las organizaciones sobre cómo actuar ante el suicidio de un anestesiólogo.
- Brindar apoyo a los afectados por el suicidio de un colega.
Prevención
Aunque establecer formas confiables para prevenir muertes por suicidio es difícil, puesto que no existe un conjunto de factores causales completamente predecibles para ningún caso individual, existen factores de riesgo reconocidos que deben abordarse en los siguientes niveles:
- A nivel individual.
- A nivel de los departamentos.
- A nivel de las organizaciones.
- A nivel individual.
Todos deberíamos tener acceso a un médico de cabecera. Debemos ser conscientes de los factores de riesgo, síntomas y signos de estrés y de enfermedad mental, desde nuestros años de formación como médicos y como anestesiólogos tener formación en síndrome de agotamiento laboral y farmacodependencia. Debemos reconocer aquellas situaciones que son particularmente estresantes, especialmente en combinación y durante un período prolongado, cuando podemos volvernos más vulnerables a la angustia mental. Además, debemos comprender la importancia de buscar ayuda profesional temprana. Esto puede incluir consultar a su médico de cabecera, asesoramiento psicológico o apoyo espiritual. La importancia y el valor del apoyo no profesional (de colegas, amigos y familiares) tampoco deben subestimarse.
Aquellos con ideación suicida actual o previa, y aquellos con un riesgo particular de esto, deberían considerar hacer un ‘plan de seguridad’ suicida, un conjunto escrito de pasos que se deben seguir hasta que la persona esté segura. Dicho plan podría incluir estrategias para lidiar con situaciones estresantes, recursos y detalles de contacto, incluyendo números de ‘crisis’ si la persona contempla activamente el suicidio.
A nivel de los departamentos y grupos de anestesiólogos:
Todos los grupos de anestesiólogos y departamentos debemos tener un plan para manejar crisis personales en un grupo compuesto por seres humanos, este plan incluye designar a un anestesiólogo del grupo, con características empáticas y que genere confianza desde el punto de vista emocional o espiritual como el líder de bienestar de sus colegas; debe ser una persona con experiencia de vida, prudente y discreta, que tenga las herramientas necesarias para poner en marcha un plan de acción de ayuda hacia el colega que lo necesita. A nivel grupal es importante designar un tiempo para el refuerzo del bienestar del anestesiólogo, a través de charlas académicas relacionadas con el tema, tiempo para citas médicas o para recuperarse de una enfermedad.
A nivel de las organizaciones:
Las organizaciones deben tener un departamento de recursos humanos que entienda esta problemática y cuente con un plan estructurado de remisión para el empleado que lo necesita. La persona que sufre de depresión, ideamiento suicida, agotamiento o farmacodepencia al ser enfermedades tratables debe recibir ayuda profesional y en ningún momento debe sentir que su estabilidad laboral está en peligro, después de su recuperación puede volver al trabajo.
El suicidio puede ser prevenido, la autoconciencia de que esto nos puede pasar es importante, la actitud empática de nuestros colegas es esencial, y la intervención a través de ayuda profesional es fundamental para evitar desenlaces dolorosos.
REFERENCIAS
Shinde S, Yentis S.M, Asanati K, Coetzee R.H, Cole-King A,Gerada C, Harding K, Hawton K, Hennessy A, Keats P,Kumar N, McGlennan A, Pappenheim K, Plunkett E, Prior K and Rowland A. Guidelines on Suicide Amongst Anaesthetists 2019. Anaesthesia 2020, 75, 96–108.
Chaves A, Sánchez Bello N.F, Bocanegra Rivera JC, Gómez Buitrago L.M. Suicidio en anestesiólogos colombianos. Estudio de encuesta nacional. Colombian Journal of Anesthesiology 2022;50: e1026.
Hawton K, Clements A, Simkin S, Malmber A. Doctors Who Kill Themselves: a study of the methods used for suicide. QJM Med 2000;93: 351- 357
4. Cano-Langreo M, Cicirello-SalasS, López-LópezA, Aguilar-VelaA. Marco actual del suicidio e ideas suicidas en personal sanitario. Med. segur. trab. vol.60 no.234 Madrid ene./mar. 2014
Por exceso de trabajo, por no creenciamuchas veces olvidamos, lo más importante en nuestra vida y es la presencia de Dios en ella, con mucho respeto a los siquiatras, pero la depresión se maneja mejor con la ayuda espiritual, más que con medicamentos, yo soy enfermera profesional y conozco bien el estrés que genera el trabajo hospitalario. Dios bendiga y guarde a los anestesiólogos