Los errores más frecuentes se presentan en: administración de medicamentos, identificación del paciente, localización del procedimiento, tiempo de respuesta y falta de conciencia situacional (1). Esta última fue definida por Endsley en 1988, como “la percepción de elementos en un determinado entorno con un volumen de espacio y tiempo, la comprensión de su significado y su proyección en un futuro cercano” (2). Estos errores no son causados, al parecer, por falta de conocimiento, sino por falla de habilidades no cognitivas, entre las que se encuentran la pérdida de la conciencia situacional influenciada por la fatiga, causada por la falta de sueño. Cuando estamos cansados, nuestra capacidad cognitiva y el procesamiento de nueva información se pueden reducir. La privación del sueño parece disminuir la capacidad de atención, tanto en términos de atención a nuevas señales en el medio ambiente como para mantener la información en conciencia (2).
Mejorar nuestra comprensión de los factores que contribuyen a la falta de conciencia situacional beneficiaría la seguridad de nuestros pacientes. La pérdida de la conciencia situacional por parte del médico es una de las causas de errores (3). Por otra parte, la privación de sueño por 24 horas continuas equivale a ingerir cinco tragos de whisky sencillos en un intervalo de una hora para un hombre de 70 kg, lo que representa una concentración de alcohol en sangre de 100 mg/dL, con lo cual aumentan cinco veces nuestras posibilidades de tener un accidente mortal conduciendo de regreso a casa (4).
La anestesiología es una especialidad que se ha caracterizado por priorizar la seguridad de los pacientes. Esta ha sido líder en adoptar prácticas innovadoras de industrias especializadas, con el fin aumentar la calidad del cuidado, mejorando el servicio y la satisfacción de la atención prestada. Entre las industrias de alto riesgo, la aviación ha sido un gran ejemplo para la anestesiología, ya que comparten muchas similitudes y oportunidades para el aprendizaje interdisciplinario. Por ejemplo, ambos requieren un nivel de vigilancia importante para manejar situaciones de crisis, donde la vida de las personas está en juego, situaciones en las cuales el tiempo de respuesta, y la toma de decisiones adecuadas determina el desenlace de nuestros pacientes (5).
El 30 de octubre de 1935 representa un hito en la seguridad del paciente. En esta fecha, en Wright Field, Northeast of Dayton, Ohio, se hacía una prueba con uno de los aviones de la armada que más cargamento de bombas podía llevar en aquella época, el Boeing 299-XB-17. Pero el piloto olvidó abrir el nuevo mecanismo de cierre de controles del timón de profundidad, lo que causó una tragedia cuando el avión se estrelló instantes después de haber despegado con su tripulación. Fue a partir de este incidente que la aviación diseñó las listas de chequeo para evitar que se cometieran errores importantes, al confiarse únicamente de la memoria de las personas que iban a manipular la aeronave (6).
Analizando las complicaciones en quirófanos, en un estudio pionero en 1978 sobre los incidentes críticos, eventos adversos y muertes atribuibles a la anestesia, se evidenció que el error humano está presente en más del 80 % de los procedimientos (7). Así fue como se vio la necesidad en 1985 de crear la Fundación para la Seguridad del Paciente en Anestesia (APSF, por las iniciales en inglés de Anesthesia Patient Safety Foundation), la cual, mediante la implementación de listas de chequeo creadas en la industria aeronáutica, buscó prevenir los errores médicos. La revisión sistemática de Saxena et al. encontró que el uso de estas listas de chequeo de rutina o en emergencias tienen un papel primordial en la mejora y estandarización de los procesos de anestesia, ayudando a disminuir la morbimortalidad perioperatoria (8). Gracias a la contención del factor humano, entendido como el estudio del ambiente, lo técnico, organizacional, psicológico y fisiológico que influye en el desempeño humano; minimizando así, el riesgo de complicaciones (6).
La WHO Surgical Safety Checklist fue una de las primeras listas de chequeo implementadas en medicina para el ámbito quirúrgico. Con esta herramienta se verifican parámetros previos a la inducción anestésica, antes de la incisión y antes de salir de la sala, e involucra la participación de todos los integrantes del equipo quirúrgico. En varios estudios se ha evidenciado la reducción de las complicaciones de un 11 % a un 7 % y la mortalidad de un 1,5% a un 0,8% (9), ya que, en quirófanos, se ha demostrado que el desenlace de los pacientes no depende solo de las habilidades individuales, sino de la calidad del trabajo en equipo (10).
En conclusión, la anestesiología comparte con la aviación el objetivo de garantizar la seguridad de los pacientes y por ello ha hecho énfasis en la importancia de prevenir y no simplemente manejar el daño. La educación en anestesia ha evolucionado para estudiar no solo los mecanismos del error, sino identificar riesgos, detectar errores de manera temprana e implementar estrategias efectivas de calidad, que permitan aprovechar las oportunidades de mejora, en pro de los pacientes (5), mediante la implementación de las listas de chequeo como herramientas costo-efectivas. Dichas listas de chequeo permiten al equipo quirúrgico optimizar el trabajo, la comunicación y la prevención de incidentes o eventos adversos, generando una cultura de liderazgo y de mejora continua, basada en sistemas y análisis del error y no enfocada en las fallas de un individuo, por medio de ayudas cognitivas que reducen el error humano.
Finalmente, es importante acotar que debemos fomentar la cultura del descanso e higiene de sueño que nos permita tener recesos de calidad que generen reparación psíquica, para alcanzar este punto es muy importante trabajar tres aspectos, primero tener un dormitorio con las condiciones propicias, oscuro, silencioso, cómodo, preferentemente a una temperatura baja. Segundo, desarrollar rituales antes de ir a la cama, desconectarnos de redes sociales, llamadas telefónicas y por último los expertos recomiendan practicar “el sueño bancario” que significa en dormir muy bien días antes de nuestro turno nocturno. No debemos olvidar tomar pequeñas siestas o la práctica de yoga y meditación para abstraernos de nuestros problemas (11).
Porque “errar es de humanos” (12), pero velar por la seguridad del paciente es compromiso de todos.
Referencias
1. Atanasov AG, Yeung AWK, Klager E, Eibensteiner F, Schaden E, Kletecka-Pulker M, et al. First, do no harm (gone wrong): Total-scale analysis of medical errors scientific literature. Front Public Heal. 2020;8(October):1-10.
2. Myers JA, Powell DMC, Aldington S, Sim D, Psirides A, Hathaway K, et al. The impact of fatigue on the non-technical skills performance of critical care air ambulance clinicians. Acta Anaesthesiol Scand. 2017;61(10):1305-13.
3. Anderson JG, Abrahamson K. Your health care may kill you: Medical errors. Stud Heal Technol Inf. 2017;234:13-7.
4. Ruiz Á, Macías F, Gómez-Restrepo C, Rondón M, Lozano JM. Niveles de alcohol en sangre y riesgo de accidentalidad vial: revisión sistemática de la literatura. Rev Colomb Psiquiatr. 2010;39:249S-78S.
5. Mahankali SS, Nair P. Beyond the borders: Lessons from various industries adopted in anesthesiology. J Anaesthesiol Clin Pharmacol. 2019;35(3):295-301.
6. Russ S, Rout S, Sevdalis N, Moorthy K, Darzi A, Vincent C. Do safety checklists improve teamwork and communication in the operating room? A systematic review. Ann Surg. 2013;258(6):856-71.
7. Cooper JB, Newbower RS, Long CD, McPeek B. Preventable anesthesia mishaps: a study of human factors. Anesthesiology. 1978;49(6):399-406.
8. Saxena S, Krombach JW, Nahrwold DA, Pirracchio R. Anaesthesia-specific checklists: A systematic review of impact. Anaesth Crit Care Pain Med. 2020;39(1):65-73.
9. Haugen AS, Sevdalis N, Søfteland E. Impact of the World Health Organization surgical safety checklist on patient safety. Anesthesiology. 2019;131(2):420-5.
10. Chhabra A, Singh A, Kuka PS, Kaur H, Kuka AS, Chahal H. Role of perioperative surgical safety checklist in reducing morbidity and mortality among patients: An observational study. Niger J Surg Off Publ Niger Surg Res Soc. 2019;25(2):192-7.
11. Vitale KC, Owens R, Hopkins SR, Malhotra A. Sleep hygiene for optimizing recovery in athletes: Review and recommendations. Int J Sports Med. 2019;40(8):535-43.
12. Kohn LT, Corrigan JM, Molla S. To err is human. Washington (DC): National Academies Press (US); 2000.
Hablar de este tema, en ocasiones molesta a colegas que hacen un turno tras otro, incluso con jornadas hasta de 36 horas seguidas o más. Desde las Federaciones Médicas o Asociaciones se ha planteado o existe la posibilidad, que al igual que la tripulación de un avión de pasajeros, los Médicos hagan turnos de sólo 12 horas seguido de descanso?… es decir, que no empalmen una institución con otra, doblándose o triplicándose en turnos?
Excelente artículo, muy interesante y útil