La Organización Panamericana de la Salud (OPS), en su estudio más reciente —“The COVID-19 health care workers study (Heroes)”, publicado en enero de 2022— analizó el estado de salud mental del personal que ha realizado su trabajo durante la pandemia de COVID-19 en 11 países de la Región de las Américas, y como resultado hizo diez recomendaciones para gestionar la salud mental del personal sanitario, entre las cuales están:
1. La aproximación a los problemas de salud mental del personal de salud durante la pandemia debe ser consistente por la guía del IASC (Inter-Agency Standing Committe) organismo creado por Naciones Unidas en 1992, en el sentido de establecer un continuo de intervenciones desde una base de servicios esenciales, seguidos de apoyos a las comunidades y familias, y finalmente a los servicios especializados en salud mental.
2. Uno de los elementos que, según los datos del estudio, se asocia a mejores resultados en indicadores de salud mental es la confianza en el manejo de la pandemia por parte del gobierno. Por ello, es fundamental que su abordaje se base en la evidencia y en el diálogo permanente con las organizaciones científicas y gremiales del personal de salud.
3. Uno de los principios que deben orientar el abordaje de los problemas de salud mental en los equipos de salud es el enfoque de equidad de género, que considere las desigualdades en este ámbito y adapte las políticas y las intervenciones a las consideraciones que dicha perspectiva implica.
4. En cuanto a las medidas de apoyo psicosocial para el personal de salud, es relevante considerar las relativas al cuidado de las niñas y los niños, las personas mayores y las personas en situación de discapacidad.
5. Es fundamental garantizar unas condiciones laborales adecuadas, así como realizar una planificación en el ámbito del personal con el fin de evitar la sobrecarga laboral, y de que la adaptación de las funciones sea dialogada. También, se deben otorgar remuneraciones dignas, condiciones contractuales estables y promover el apoyo social en el lugar de trabajo.
6. En el ámbito de la gestión de las redes de salud, es importante que, en todos los niveles de atención, los gestores y directivos reciban formación sobre los lineamientos que deben seguir para proteger la salud mental del personal de salud.
7. En las instituciones de salud, es necesario incorporar medidas de apoyo a la comunicación entre equipos de salud, pacientes y familias, así como desarrollar intervenciones de psicoeducación y promoción de la salud mental dirigidas al personal, entre ellas el apoyo en la toma de decisiones difíciles.
8. En el plano de las intervenciones especializadas de salud mental, además de la disponibilidad de servicios de salud mental, se deben realizar esfuerzos que permitan sortear las diversas barreras que puede encontrar el personal de salud para acceder a dicha atención —entre ellas, las preocupaciones respecto de la privacidad— con el desarrollo de estrategias para adaptarse a sus necesidades específicas.
9. Las medidas para la protección de la salud mental del personal de salud, implementadas en distintos niveles, tanto de gobierno como de los sistemas de salud y de instituciones particulares, deben mantenerse más allá de los periodos más álgidos de la pandemia en los países, puesto que es probable que sus efectos sean sostenidos.
10. Los gobiernos deben promover la investigación sobre la salud mental del personal de salud, e incluir en ella el diseño y evaluación de intervenciones efectivas para protegerla.
Finalmente, la OPS planea seguir recolectando información sobre la salud mental del personal sanitario, para monitorear y rastrear este problema de salud pública, con el fin de proponer a los sistemas sanitarios de las Américas soluciones y alternativas que afronten y promuevan una adecuada salud mental en todo el talento humano del sector.