El uso adecuado de los opioides constituye una prioridad para los sistemas de salud. Su potencial adictivo, el uso indebido, el desvío de estas sustancias y el preocupante aumento de muertes por sobredosis entre anestesiólogos y otros profesionales de la salud han llevado a las autoridades sanitarias y a la comunidad científica a implementar estrategias de control en cada etapa de la cadena: prescripción, formulación, dispensación, preparación y desecho dentro de las instituciones hospitalarias.

La adicción a opioides en el talento humano en salud (THS) representa una amenaza crítica, constituyendo un asunto de vida o muerte para quienes la padecen. La farmacodependencia es una enfermedad que puede truncar carreras, destruir vidas y desintegrar familias. No obstante, el trastorno por uso de sustancias controladas en personal de la salud es prevenible si se aplican estrategias sustentadas en evidencia científica.
A continuación, se presentan recomendaciones clave orientadas a la prevención del uso de opioides en profesionales de la salud. Estas abarcan aspectos fundamentales para su adecuado manejo y buscan contribuir a la construcción de entornos más seguros.
Recomendaciones clave para prevenir el uso indebido de opioides
Fomentar la comunicación y apoyo entre colegas
Designar dentro de cada grupo de anestesiólogos, un miembro responsable del bienestar emocional del equipo. Esta persona debe destacarse por su empatía, confiabilidad, prudencia y trayectoria profesional, para brindar un acompañamiento efectivo a colegas en situación de riesgo emocional.
Evitar la automedicación y el uso de opioides como primera línea
Los opioides no deben ser el tratamiento inicial para ningún tipo de dolor, y su automedicación debe ser evitada.
Fortalecer la educación desde el pregrado
El talento humano en salud debe recibir formación continua desde su etapa formativa sobre los riesgos emocionales del ejercicio profesional, incluyendo el síndrome de agotamiento, el cual se asocia a un mayor riesgo de uso y abuso de opioides. También se debe fomentar la capacidad de reconocer signos de adicción, tanto sí mismos como en colegas.
Establecer protocolos claros para la formulación
Toda prescripción de opioides debe contener información precisa: quién formula, para qué paciente, con qué diagnóstico y quién dispensa. Esto permite un control riguroso del uso de estos medicamentos.
Registrar de forma detallada la administración de opioides
Deben existir registros de administración del medicamento por el talento humano en salud que incluyan: Nombre de la persona a la que se le administra el medicamento, fecha y hora de administración, dosis del medicamento, nombre y firma de la persona que administró la dosis.
Implementar sistemas de control y monitoreo de acceso
Se recomienda en los hospitales y clínicas un monitoreo del control de acceso a los opioides: Esta estrategia ayuda a identificar patrones de uso de opioides en el grupo de anestesia y de manera individual.

Reducir los desechos de opioides
En áreas como salas de cirugía y urgencias se deben emplear estrategias para minimizar remanentes, como el uso de jeringas prellenadas con dosis específicas o sistemas RTA (ready to use), ajustados a las necesidades clínicas habituales, lo cual reduce el riesgo de desvío.
Aplicar protocolos seguros para la eliminación de remanentes
Se deben seguir protocolos para el desecho de remanentes, de acuerdo a la guía del Ministerio de Salud: para los medicamentos sometidos a fiscalización que quedan después de la administración el profesional de enfermería debe registrar:
- Cantidad de medicamento administrado de la ampolla.
- Cantidad de medicamento sometido a fiscalización que se elimina después de la administración.
- Las firmas de los profesionales delegados para realizar el procedimiento de disposición final del medicamento controlado restante y un testigo del procedimiento.
- El desecho de remanentes debe realizarse en un recipiente custodiado.
Adherirse a los lineamientos del Fondo Nacional de Estupefacientes
Los procesos de destrucción y disposición final de medicamentos controlados no deseados o vencidos deben seguir estrictamente los protocolos establecidos por esta entidad.
Intervenir de forma temprana ante señales de abuso
Al momento de tener sospecha o detectar abuso de sustancias en el profesional, la intervención temprana con un retiro preventivo de sus labores salva vidas. La información debe ser manejada con la mayor confidencialidad en pro de que el afectado busque tratamiento calificado, pueda recuperarse y volver a su profesión.

El talento humano en salud no es inmune al riesgo de abuso de sustancias controladas. Algunas especialidades, como la anestesiología, presentan mayores tasas de consumo de opioides debido a su exposición ocupacional y la disponibilidad de estos medicamentos. Por ello, clínicas y hospitales deben adoptar políticas integrales que incluyan tanto el uso racional y seguro de opioides como el manejo adecuado de remanentes, en concordancia con lo estipulado por el Ministerio de Salud.
Referencias
- Kenna GA, Lewis DC. Risk factors for alcohol and other drug use by health care professionals. BMC Substance Abuse Treatment, Prevention, and Policy. Enero 2008; Vol. 3.
- Misra U, Gilvarry E, Marshall J, et al. Substance use disorder in the anesthetist. Anaesthesia. 2022; 77: 691–699.
- Fitzgerald R. Caring for the physician affected by substance use disorder. American Family Physician. 2021; 103(5), 1 de marzo.
- Ministerio de Salud y Protección Social. Guía para la gestión integral de sustancias sometidas a fiscalización y productos que las contengan. Dirección de Medicamentos y Tecnologías en Salud, Fondo Nacional de Estupefacientes. https://www.minsalud.gov.co/sites/rid/Lists/BibliotecaDigital/RIDE/VS/MET/guia-manejo-integral-smce-vf.pdf