La anestesiología es una especialidad médica de alta exigencia, caracterizada por una carga de responsabilidad y toma de decisiones críticas bajo situaciones de estrés y presión. Los anestesiólogos deben garantizar la seguridad del paciente durante los procedimientos quirúrgicos, al igual que intervenir en las emergencias intraoperatorias, supervisan unidades de cuidado intensivo y participan en el manejo del dolor agudo y crónico de los pacientes, lo que se conoce como medicina perioperatoria. Esta amplitud de funciones, sumada a turnos prolongados, trabajo nocturno y aislamiento en quirófanos, incrementa la exposición a factores estresantes, incluidos eventos potencialmente traumáticos como reanimaciones, errores médicos y muertes inesperadas.
El síndrome de burnout no puede reducirse a una cuestión de agotamiento individual, sino que debe entenderse como un problema estructural del entorno laboral que involucre a las instituciones de salud, a los equipos de trabajo, a las sociedades médicas y a los estamentos gubernamentales. Factores como la escasez de recurso humano especializado y la falta de autonomía en la toma de decisiones aumentan el riesgo de desgaste profesional.
Teniendo en cuenta que el anestesiólogo enfrenta una presión constante para minimizar los riesgos y optimizar recursos en un sistema de salud muchas veces colapsado, lo que contribuye a la sensación de falta de control y frustración en los profesionales. Esta realidad incrementa el riesgo de errores clínicos, afecta la seguridad del paciente y repercute en la salud física y mental del profesional.
Para abordar esta problemática, es fundamental que las instituciones adopten estrategias de prevención primaria, enfocadas en mejorar las condiciones laborales, fortalecer el apoyo organizacional y fomentar una cultura de bienestar. No basta con la implementación de estrategias individuales de afrontamiento; el burnout debe ser tratado como un problema de gestión del riesgo en salud y abordado dentro del sistema de seguridad y salud en el trabajo (SST). La integración de programas de vigilancia de la salud mental en anestesiología no solo beneficiará a los profesionales, sino que también impactará positivamente en la seguridad del paciente y la calidad en la atención del sistema de salud.
Prevalencia del síndrome de burnout en anestesiólogos de Colombia
